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Nunca fue una pesadilla, de Cristina Gracia Tenas

Reseña literaria

Su primera novela Así lo viví... Así os lo cuento trata del viaje a Tesalónica, para conversar sobre el pasado, para poner en común todas aquellas experiencias que cada una de las cuatro hermanas percibió de una manera diferente. La segunda, Una vieja cámara es el viaje de dos mujeres, uno a Barcelona, donde la madre empujada por su hija huye del maltrato y luego la hija a París escapando del dolor. Esta Nunca fue una pesadilla vuelve a ser un viaje al lugar donde está la familia para descubrir que nada de lo que tenía en su cabeza estaba en la realidad.

A lo largo de la novela descubriremos que Claudia, en verdad, nunca tuvo una visión clara de la realidad y el mundo en el que vivían los suyos. Enviada de pequeña a un internado en Inglaterra y luego a realizar estudios universitarios en Estados unidos, su poca relación con los padres y hermanos la mantuvo viviendo en una ilusión permanente.

Acabada su carrera, regresa con su novio James y Palermo (Italia), para presentarlo a la familia y celebrar su boda. Todo se tuerce y al final sus sueños quedarán en el aire.

A lo largo de las casi 300 páginas, Claudia, en plan detectivesco, intentará descubrir la verdad sobre su familia y sobre sí misma. Una tarea que choca con los intereses de algunos miembros de su familia.

La trama se desarrolla en un crescendo manteniendo, en todo momento, atrapada la atención del lector. Con maestría va sembrando pequeñas intrigas (cliphangerque se irán resolviendo a medida que avanza la trama.

Si bien esta nueva novela se diferencia de las otras por la estructura, tiene en común con ellas el moverse en el mundo de lo familiar, de la búsqueda de la propia identidad y de la libertad.

Un punto a favor son los personajes, desarrollados con coherencia y bien definidos. El lector ve como Claudia, la protagonista, va creciendo a medida que avanza en la lectura y va superando obstáculos. Humberto, caracterizado desde el principio como un villano, termina mostrándonos el verdadero rostro de criminal sin escrúpulos cuando llegamos al final.

Me hubiera gustado que algunas descripciones hubieran estado más trabajadas, pero esto quizá es solo un deseo mío y los demás lectores opinen justo lo contrario.

En general, me ha parecido una novela bien escrita, bien llevada y, sin duda, creo que merece la pena leer. 

Cristina, en hora buena.