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Entrevista a Salvador Sparti por Donde los sueños se cumplen

Entrevista

Salvador Sparti, un cubano nacido hacia finales de la década de los cincuenta en una pequeña ciudad del occidente de la isla. De temperamento inquieto y alegre, desde su temprana juventud mostró especial interés por la literatura y comenzó a escribir Cuentos para Niños, Historias y Novelas Cortas. Su narrativa a veces nos traslada a épocas remotas y a lugares exóticos, y sus personajes nos pueden llevar a lo más profundo del alma humana...

Comunidad de escritores: —¿Qué te empuja a comunicarte escribiendo?
Salvador Sparti: —El deseo de que otros sean optimistas y mejoren sus vidas a partir de esa posición que miren a los demás cono personas, no cono objetos a los que se puede manipular sin escrúpulos a que amen sin medida a que sientan que la felicidad no se obtiene con dinero o poder porque son bienes pasajeros y terrenales que al final no nos permitirán cambiar nuestra existencia para hacerla más llevadera.

La mente de una mujer enamorada puede resultar un laberinto insondable.

C. E.: —¿La geografía de tu niñez y la educación recibida se cuelan entre las líneas de tus novelas?
S. S.: —Por supuesto que sí La Isla del Tesoro de Robert Louis Stevenson recreada a través de Jin Hawkins y John Silver la Isla de Ensueño de ni abuelo Manuel y de ni padre marcó para siempre ni existencia. Sería otro bien distinto si no hubiera vivido allí, tal vez más práctico, más conocido, encumbrado incluso, pero no tan feliz También la educación recibida en el seno de ni familia está presente en mis obras No fue hecha con la correa sino con buenos ejemplos.

C. E.: —¿Qué elementos sientes como esenciales y necesitas que aparezcan en tus obras?
S. S.: —El optimismo ante la vida, el estar satisfecho con uno mismo, el luchar por alcanzar los sueños, pero sin perjudicar a los demás, el ser feliz con poco, el no dejar morir la esperanza.
 
C. E.: —¿Cómo ha sido el proceso de escritura de Donde los sueños se cumplen?
S. S.: —A partir de ni propia experiencia de vida en el campo, pude elaborar los diálogos sin mayores dificultades. Sin embargo, a la hora de plasmar los pensamientos de Sara en relación con Janes, tuve que llamar a ni esposa varias veces. La mente de una mujer enamorada puede resultar un laberinto insondable. También tuve que buscar elementos sobre la naturaleza de Escocia.

C. E.: —En esta novela el autor se escapa un poco de la temática a la que nos tenía acostumbrados ¿Por qué?
S. S.: —Es un homenaje a Margaret Snile, a su vida. Ella fue enfermera durante la Primera Guerra Mundial y así conoció a su esposo. Por otra parte, el escritor o aprendiz de escritor en este caso debe probarse en cualquier temática. ¿Y por qué no escribir sobre el amor en tiempos de guerra? Muchos han logrado así magníficas historias.

C. E.: —¿Cuál fue la relación de Margaret Smile con el autor? ¿Es solo literaria o existió una relación personal?
S. S.: —Fue la abuela que no conocí (mis abuelas murieron muy jóvenes). Hizo el pastel para mis cinco años. Decía que yo era un niño extraño, pues no me gustaban los dulces, se refería a los pasteles de harina cubiertos con merengue, porque todo lo demás cono las tostadas con mantequilla o queso cubiertas con jalea de guayaba, el dulce de toronja o de naranjas, los mangos, etc. en eso no había problemas. Era además esa persona que no alzaba la voz para hablar jamás. Casi nunca la vi enfadada y aprendí muchas cosas con ella sobre las costumbres de su país y sobre la naturaleza del mío.

C. E.: —¿William y Emily Wells, los padres de Sara, están descritos con una delicadeza cercana a la devoción. ¿No pueden aparecer ante el lector cono demasiado perfectos?
S. S.: —No los veo perfectos, considero que describí a dos padres enamorados entre ellos y de sus hijos. Es un matrimonio basado en el amor y lo muestran a sus hijos tal y como ellos lo sienten. Es uno de esos elementos esenciales que quiero que aparezcan en mis obras.

C. E.: —¿El entorno de la granja de los Wells es el mundo donde te gustaría vivir?
S. S.: —Viví en un entorno muy similar y lo disfruté muchísimo. Si pudiera volvería a vivir en ese mundo.

C. E.: —Los McLerni son un matrimonio adinerado de ciudad, con tintes clasistas, ¿Qué papel desempeñan en la novela?
S. S.: —La ruptura de las barreras sociales innecesarias para la humanidad. La etiqueta de la señora NcLerni se desploma ante la sencillez de los Wells, porque la verdadera sabiduría no se adquiere en las universidades. La felicidad que los primeros ven en los Wells y el desenfado con que estos le reciben los deja desarmados, les hace ver que la ropa y las costumbres refinadas de su clase no son más que máscaras teatrales tras las cuales se esconden el orgullo, la vanidad y la envidia, entre otras bajas pasiones.

C. E.: —Esta novela coincide con las anteriores en el intento de dejar un poso de moralidad en el lector o, cuando menos, de reflexión moral. ¿Es esa tu preocupación permanente a la hora de escribir?
S. S.: —Es una de ellas. El amor y la amistad entre los seres humanos no pueden tener fronteras. Cuando Dios promete a Abraham que será “padre de muchedumbres” está de pie y Abraham sentado. Durante un tiempo se pretendió cambiar esta escena, pero después se decidió dejarla cono estaba. Entre dos amigos no importa quién está de pie y quién sentado, no importa quién es rico o pobre porque la felicidad no se deriva de bienes materiales, eso es contrario a nuestra idea de lo divino. y, por tanto, puede hundir nuestra barca antes de llegar a la playa de la eternidad.

...la ropa y las costumbres refinadas de su clase no son más que máscaras teatrales tras las cuales se esconden el orgullo, la vanidad y la envidia, entre otras bajas pasiones.

C. E.: —¿En qué contexto vital y personal has escrito Donde los sueños se cumplen?
S. S.: —Recreo en ni mente en muchas ocasiones los recuerdos de mi infancia y las cosas que aprendí con Margaret, así cono en el seno de ni familia, con mis amigos y con las gentes tan sencillas que me rodearon durante esos años y quería más que nada rendirle homenaje a una persona tan especial cono ella.

C. E.: —¿Cuánto tiempo has tardado en escribir esta novela desde que comenzó a rondar por tu cabeza?
S. S.: —Francamente no lo recuerdo con exactitud, es difícil de precisar para mí, pues siempre escribo varias historias simultáneamente (no sé si es una buena costumbre, pero es ni estilo de trabajo) tal vez fueron unos seis meses en total descontando todas las revisiones.

C. E.: —¿Qué esperas que sienta el lector cuando termine de leerla?
S. S.: —Que las personas buenas, sanas en cuerpo y alma que tienen el amor y la alegría en el centro de sus vidas hacen mucho bien a quienes les rodean.

C. E.: —Joanna le dice a Sara: “La guerra es la más estúpida de todas las ocurrencias de los hombres. Nadie puede ganar con ella”. ¿Se puede aplicar a Rusia y Ucrania en este momento?
S. S.: —Se puede aplicar a cualquier guerra, sea pasada, presente o futura. De hecho, cuando los hijos de Israel fueron a castigar a sus vecinos por raptar a su hermana Dina, a pesar de que su padre les sugirió aceptar la compensación que le ofrecían, la acción terminó con una matanza entre los cananeos, ¿no le parece un absurdo? Aún hoy continúa dicha contienda.

C. E.: —¿Qué frase de tu novela crees que debería el lector retener en su memoria?
S. S.: —Me gustaría que fuesen muchas, pero voy a sugerir una “Quienes pueden ver la felicidad en los demás son personas felices”.

C. E.: —¿Estás involucrando en algún nuevo proyecto? ¿Puedes contarnos algo de él?
S. S.: —Estoy involucrado en muchos proyectos. La terminación del tercer tono de cuentos titulado “Historias Fascinantes”; de la novela “Un caballero en la Retaguardia” y en otros. Sobre esta última puedo decir que se trata de la historia de un joven que va a la Séptima Cruzada y en ella, aunque sobresale por sus habilidades con la espada, conoce a través de un caballero enemigo cuáles son los motivos reales de esas expediciones. A su regreso agobiado por tanta sangre derramada, decide ingresar a un monasterio, pero 25 años después se ve obligado a salir de su retiro.

Quienes pueden ver la felicidad en los demás son personas felices

C. E.: —Esperamos con ansia tu nueva novela y si me lo permites, te entrevistaré sobre ella. Te deseo muchos éxitos. Mucha gracias.