La vampiresa
Cincuenta palabras.
Él le dijo con voz suplicante:
—Te amo con toda mi alma. Déjame amarte.
Ella anotó en su gastada libreta: "El treinta y dos está perdidamente enamorado".
Dos días después, tras un examen rutinario, escribió el doctor en el certificado de defunción: "No podía vivir, imposible, le faltaba el corazón".
Se el primero en comentar