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La sorpresa

Narraciones de la Comunidad

¡Cierra los ojos, es una sorpresa!

Noté cómo me ponían una venda en los ojos, y me ayudaban a subir a un coche.

El trayecto se hacía largo, y me impacientaba la espera, pero pensé que podría merecer la pena seguir aquel juego.

Desperté al pararse el vehículo, no sé cuánto tiempo había pasado.

Sentí que hacía más calor, y que había un ambiente más húmedo.

Me extrañó oír hablar en otro idioma.

Nos invitaban a entrar, tras comprobar algo.

Tropecé ligeramente con una alfombra, al andar sobre ella tuve la sensación de que debía ser bastante gruesa.

Oí chirriar al abrirse las puertas del ascensor, sonaba muy antiguo, y ascendía lentamente.

Tras pararse volvió a sonar ese ruido.

Recorrimos varios pasillos hasta llegar a nuestro destino.

Cuando entramos les pregunté si ya podía quitarme la venda. Me dijeron que tuviera paciencia que merecería la pena.

Si no fuera por la confianza que les profesaba, hubiera estado bastante incómodo, de hecho, al pensarlo, me asaltó la duda de si en realidad no sería una broma de mal gusto.

Me sentaron a una mesa.

Dijeron que me relajara, que siguiera con los ojos vendados.

Pusieron un plato delante.

Intenté captar su olor, era un aroma de hierbas el que predominaba.

Me invitaron a que abriera la boca, y saboreé una carne muy tierna, especiada, jugosa, con un toque meloso, que no fui capaz de reconocer.

Identifiqué romero, tomillo, ajo, hierbabuena, pero la carne y su jugo no acertaba a identificarlos.

Pregunté qué era, me dijeron que me dejara llevar hasta el final.

Oí como cambiaban el plato y me llegó el aroma penetrante de la trufa.

Esta vez sí supe qué era, un foie con la parte de fuera sorprendentemente crujiente, por dentro suave, delicioso, aderezado con esa trufa que había reconocido y una reducción de jerez.

El juego me iba gustando.

Alguien jugaba con mis sentidos.

Empezó una música suave, reconocí varios instrumentos, un piano, un violín, un violonchelo, y esa voz de mujer, grave, como aguardentosa, susurrante, envolvente.

Descorcharon una botella.

Me dieron la copa, primero lo olí, era fuerte, con mucho aroma a barrica, debía ser un vino viejo. El sabor muy áspero, casi desagradable, pero con un fondo afrutado que lo convertía en sorprendente.

Nunca he sido un entendido en vinos, pero aquel difería de todo lo que había probado.

Entonces cobró sentido la armonía.

Recordé los sabores anteriores, se mezclaron con el sonido de la música y aquel extraño vino.

Imaginé una estancia palaciega, con manteles de hilo, copas de cristal de bohemia, platos de porcelana y cubiertos dorados, mayordomos con casacas, alfombras, tapices, cuadros, lámparas de araña, un candelabro con velas y un balcón abierto con vistas al mar.

El postre fue más extraño si cabe.

Tenía una textura grumosa, pero un sabor dulce a bizcocho, miel, frutos rojos y un fondo de chocolate muy suave, cerré los ojos dentro de la venda para saborearlo mejor.

La sorpresa había terminado.

Agradecido, me quité la venda de los ojos, y tras un largo rato de luces y sombras, por la prolongada oscuridad, pude ver que estaba solo en una pequeña habitación, con una bombilla sucia iluminándola.

Una mesa sin mantel, y unos platos sucios, vacíos.

Una botella llena de telarañas.

Un camastro con un colchón harapiento, desnudo.

Olía mal, no entendí cómo no lo había notado hasta ese momento.

Giré la cabeza y vi la puerta de metal, y enfrente la ventana, que solo dejaba ver un trocito de oscuridad y aquellos barrotes.

Había una mesita desvencijada, con una vieja máquina de escribir y unos folios amarillentos…

SINGRAFISTA Febrero 2020

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Commentarios :

  • user
    Nicolás Puente February 21, 2021 A las 10:27 pm
    Un cuento donde los sentidos juegan un gran papel
  • user
    Juanjo García February 21, 2021 A las 9:37 pm
    Me cautivó de principio a fin
  • user
    Ibán José February 19, 2021 A las 10:40 pm
    Si no fuera por la máquina de escribir, que me descoloca diría que es una introducción magnífica de alguna escena del futuro: covid, In vino Veritas. ;)
  • user
    Cristina Gracia Tenas February 19, 2021 A las 4:10 pm
    Genial... Hasta donde se puede llegar con la imaginación.