Skip to main content Skip to page footer

VENCIDA

Cincuenta palabras.

Llegastes silencioso.

Dices que a cara descubierta, pero yo no fui capaz de detectar tu existencia.

Poseíste mi cuerpo y cabalgaste a tus anchas.

Compartimos, para mí, dolorosos momentos, pero tú, te sentias satisfecho.

¡Lograste tu cometido!

Hoy, expirando mi existencia, te reconozco cáncer dañino.

Ya, no me queda aliento.