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Príncipes de ultramar.

Novela de humor

Canal 26 TV ha sido, en el último medio siglo, la cadena de referencia de la televisión del reino de Vetustania Meridional, un pequeño país en un continente indeterminado. Pero, hace unos años, el canal ha caído en desgracia, y su consejero delegado, el poderoso y temido Adalberto Carbone, busca una solución para evitar la quiebra. Una de sus colaboradoras le ofrece una propuesta desesperada: un reality como los de antaño, precisamente como los que llevaron a la ruina a la cadena. La única condición que exige es que el programa sea conducido por un presentador vetado por Canal26: Raúl Roberto Suárez. El señor Carbone acepta a regañadientes, reduciendo el presupuesto al mínimo, convencido de que no funcionará, pero consciente de que no tiene otra opción.
Un grupo de veintiún concursantes, entre los que se encuentran viejas glorias patrias, bailaoras, cupletistas, un cura desviado, actrices y una remesa de jóvenes que están dispuestos a pagar cualquier precio por alcanzar la fama y pasear de plató en plató, serán los aventureros que se embarquen hacia una isla lejana, en un concurso que suena casi idéntico a un formato de supervivencia emitido en medio mundo durante años, pero que ya ha quedado desfasado.
Pronto aprenderán que cualquier parecido con lo pasado y con lo imaginado es mera coincidencia.
La aventura se complica cuando la casa real de Vetustania ve en el programa una oportunidad para que Servando III, el rey, vuelva a gozar de una popularidad que ha perdido.
Raúl Roberto tiene perfectamente ideado el concurso, que lleva por título “Príncipes de ultramar”. El estrafalario presentador, querido y odiado por un igual, es la viva imagen de la alegría y la fiesta, aunque arrastra un pasado desconocido, marcado por una tragedia que le ha condicionado la vida.
La tragedia, al igual que la venganza, se saborea mejor en frío.
Una comedia delirante, corrosiva y sarcástica en la que se habla, desde un peculiar punto de vista, del famoseo, de las batallas por las audiencias, del afán por ser conocido y de la inutilidad de la existencia de las monarquías.