Poema a poema, Ana Laura nos adentra en los confines del ser humano que siente, lamenta y goza, capaz de evocar a minucioso detalle los sentires del alma en Arturo, y a través de Víctor Manuel, Chata Luna y Alejandra, dar pauta en la amistad que remembra rostros, vivencias, lugares, y esboza los parajes consecuentes en Tlaxcala, en la congoja de “Ayotzinapa”, y en aquella mañana que divisa “Tepetl Tepoztecatl”. Es posible que, al leer los poemarios de Ana Laura, escuchemos una a una las voces del insomnio, que de su eco hacen cimbrar torrentes cantos, remedos, promesas, los arcoíris surcados, y al caer la noche, mirar hacia el firmamento para confirmar en los adioses que ha soñado, y que al sueño ha encontrado a otras voces, bañadas de suspiro, verso y magia.

Gotas Entintadas es perfecta compañía para la soledad que se acompaña, que abre al encuentro de amaneceres para llenar al ocaso de lucernas, es un poemario que hace de su marcha una odisea continua, donde navegantes bregan los embates y gozos de la vida; y en el periplo que al ritmo llena las figuras poéticas que recita, Ana Laura erige un alcázar sobre parajes que pudieran situarse en una isla donde, a la deriva de una fragata, la lectura ancla, naufraga o explora infinita las posibilidades emocionales de su autora. Cada gota entintada procede al sentimiento, cada gota entintada humedece la palabra y luego la talla con el cincel de cada verso con la rima que debita; cada gota entintada es un llamado a explorar las profundidades de nuestro interior y repicar los sonoros poemas de Ana Laura, una invitación para hacer de la poesía un baluarte que alimenta las ansias por encontrarnos en la misiva; la tinta, una vez punteada en la hoja, aviva las avideces más ondas y más francas, devela secretos y descubre sílabas, y esos telares a odiseas, en Ana Laura hacen de la vid un fruto, y de su elixir una poesía.

Promotora, educadora y artista, cada veta enhebrada en la acción de su palabra, es el abierto diálogo cara a cara con la divinidad, el universo y el alma; y en esa sintonía que solo brindan las epifanías como un suceso, debe ser una poesía el primer recuerdo que tengo de la poeta, en aquellos primeros encuentros en la plena compañía de Rosalía y la dulce mirada de su hermana que erige a reminiscencias fluir la vida; así, recomiendo viajar a través de este poemario y de cada una de sus escalas, para sentir desde el vino las pasiones, los deseos, la flama; y sentir en la frescura del arroyo como habita la poesía en el cauce de su agua; sentir el placer que derrama Ana Laura en cada poema, en cada palabra, en el goce inmenso que confiere la lectura de sus sensibles Gotas Entintadas

Sobre la autora

Ana Laura Medellín es poesía, es pintura, es drama, es elocuencia, es escultura, es creatividad y es amor, pero también es: mar, bosque, selva, estepa, desierto, lago, cascada, acantilado, arrecife, cenote, rio y muchos paisajes más; es polifacética, carismática, líder, innovadora, moderna, arriesgada y sumamente amorosa.

Ana Laura nació en el Distrito Federal, pero reside en Orizaba, Veracruz, desde hace 70 años; así que es más veracruzana que los Voladores de Papantla. Tiene 82 años, pero alma de niña. Lo mismo escribe que compite en natación, o actúa o narra cuentos, cocina como una verdadera chef, admira la luna, pero también al sol y las nubes, y todo lo que el Universo nos brinda a manos Llenas. Estudio dos Diplomados de Creación Literaria en la Universidad Veracruzana con apoyo de la Universidad Metropolitana. Estuvo en las aulas de diversas escuelas primarias de la región de las Altas Montañas, en Orizaba, Veracruz, durante más de tres décadas convidando a sus alumnos la magia de la palabra, los títeres, la historia, los números y hasta experimentos químicos; todos la recuerdan con gran cariño como la maestra que enseñaba jugando.

Su primer poemario, Voces en el insomnio, vio la luz en 2013; un año después nació Otras voces. Aparece con sus poemas en siete Antologías. Imparte talleres de teatro, cuento y poesía. Ha participado con entusiasmo en Ferias de Libro en: Orizaba, Tlaxcala, Xalapa, Veracruz y Córdoba.