Reseña de Los extranjeros de Macarena Muñoz
Novela histórica Reseña literaria
Los extranjeros es la segunda parte, hasta el momento, de la que será una trilogía. En la primera, Memorias fugitivas, la autora, a través de Ismael Pauli, nos describe las raíces de su familia y las vicisitudes que tuvieron que afrontar para sobrevivir. La historia se gesta entre Frankfurt, lugar en el que reside también la autora en la actualidad, y Namibia. Mientras se desarrolla la novela, el lector se irá internando en las dificultades que vivió la comunidad judía en esa ciudad y que Macarena narra de forma certera. Con esta primera entrega, obtiene el primer premio de Círculo Rojo de novela Histórica en 2020.
En Los extranjeros, Ismael Pauli, la columna vertebral de toda la narración, lee la novela publicada por su madre, La extranjera, algunos años atrás, cuando él estaba en plena crisis de rebeldía adolescente. Esa lectura le sirve para profundizar en la relación con su madre, un tanto deteriorada porque “pasaba más tiempo trabajando en sus proyectos en el extranjero, que en Frankfurt” y le sirve de acicate para interesarse por la historia familiar. Al final el lector será testigo del desarraigo de ambos personajes, madre e hijo, siendo consciente de que no son tan diferentes.
En esa lectura descubrirá cómo su abuelo, Manuel y su abuela Margarita, se alegraron ante los resultados primer referéndum celebrado en Guinea en el año 1963. “Los habitantes de esta pequeña nación anhelaban reconquistar su tierra y construir un nuevo futuro, un futuro mejor”. Ganaron, por rotunda mayoría, los que deseaban cortar los lazos con España y comenzar su independencia. Dos meses después nacería Victoria Imara, la madre de Ismael. En 1969, su abuelo y toda la familia, contando con la ayuda de Antonio García Trevijano, salieron huyendo hacia Madrid cuando Francisco Macías llegó al poder.
Ya en la España de los últimos momentos del franquismo, Macarena nos va descubriendo los encuentros clandestinos de Manuel y otros para devolver la libertad a Guinea. Si bien llegan a un país nuevo, “el recelo y desconfianza entre las distintas etnias se traslada a la pequeña comunidad ecuatoguineana de Madrid”. Las larga zarpas del dictador van más allá de sus propias fronteras.
Años más tarde, Imara, se casará con Otto, un alemán de origen judío. Tendrán dos hijos: Ismael, el joven en quien se centra la narración, e Isabela.
Por la novela transitan de forma paralela los deseos de libertad de una España dirigida por el franquismo y los mismos sueños en una Guinea dominada por Francisco Macías: En la madre patria, “los inmovilistas, los que no querían reforma alguna, movían las piezas que les quedaban para restaurar el vetusto y desfasado «espíritu del 19 de julio», el que impusieron los vencedores de la guerra allá por 1939”. En Guinea Macías, en 1971, con la derogación de gran parte de la Constitución, se convirtió en un dictador peligroso y terrible. Existió en ambas naciones con más o menos fortuna una oposición convencida de conseguir un futuro de libertad. En el país africano hoy en día, Teodoro Obiang, sigue gobernando con mano de hierro. Es “uno de los regímenes más corruptos de África, que se sostiene gracias a la fidelidad de una guardia pretoriana que se beneficia del pingüe reparto de prebendas, así como del estado de terror impuesto en un país sin libertad de prensa alguna y con la oposición aplastada”. Quizá, al mantenimiento de esta situación ayuda, como nos dice Macarena, que “Guinea Ecuatorial es uno de los países más olvidados de este planeta, donde los abusos son el pan nuestro de cada día.”
A partir de ahí, los caminos se bifurcan de forma completamente opuesta: en la península termina reinando la democracia, porque “lo importante es que el entendimiento se anteponga a las ideas políticas de uno u otro bando”; en Guinea, el final del proceso es resumido por Manuel de una forma categórica: “—En nuestro caso [...] las dos partes del conflicto nos han helado el corazón, la madre Patria España, que nos dejó a la deriva, y la nueva Guinea Ecuatorial, que ha separado más y más a sus ciudadanos, que siembra el terror y la opresión sin que nadie haga nada”.
Ficción e historia están unidas en esta novela de forma inseparable: Asesinatos de opositores, aniquilación de etnias, silenciamiento de las voces discordantes, reducción a la misera, odio y sinrazón, recorren las páginas de este emocionante relato. Cuando parece que alcanzamos el final, Macarena nos lanza una serie de preguntas que tiene relación directa con nuestro presente: ”¿Por qué no evitamos que se asienten en el poder gente sin escrúpulos?”; “¿Puede el individuo cambiar la sociedad con sus acciones?”.
Algo que me ha impactado es una última pregunta muy actual: “¿Cómo no podemos darnos cuenta de que con un mejor reparto de la riqueza, con más justicia, más libertad y con respeto a los derechos humanos, la gente viviría con más o menos comodidad y dignidad en sus países de origen y no necesitaría salir de ellos?”. Así, con esta llamada de atención a la conciencia se mezclan el pasado de los comienzos de Guinea hacia la libertad y de una España emigrante con los tiempos actuales, donde asistimos a un éxodo sin precedentes.
Como bien dice Macarena, “La historia no tiene solo una crónica, es plural y poliédrica. No es una ciencia, por mucho que los estudiosos se empeñen en que sí lo es”. La razón de esta negativa hay que buscarla en las palabras de la autora: “los vencedores, o los que están en el poder, son los que la escriben con los datos que les conviene”.
Y por último, la escritora nos da la clave para entender el desarraigo de tantos que se han visto empujados a abandonar su patria: “La vida de los extranjeros es a veces así, como la de mi madre. No se puede encontrar el sucedáneo de hogar en el lugar al que huyeron. Sus raíces se adhirieron con tanta fuerza a la tierra que los vio nacer, que la separación produce un dolor inmenso, irreparable”.
Los extranjeros, es, sin duda, una obra profunda, bien documentada y plena de humanismo. Al final nos deja una sensación de impotencia al sentirnos obligados a asumir las consecuencias de las decisiones políticas y su interferencia en la vida cotidiana de las personas. Esas resoluciones lanzan nubes de sombra o empujan hacia la libertad a pueblos enteros y naciones enteras, representadas por los personajes de la novela.
Sobre la autora
Nací en Sevilla en 1969, pero pasé gran parte de mi infancia, adolescencia y juventud en Granada, en donde cursé y terminé los estudios de Filología Hispánica y de Traductores e Intérpretes (inglés).
En mi infancia, adolescencia y juventud fue la literatura una de mis pasiones. De hecho, participé y gané algunos concursos de poesía a nivel regional: mención especial en un concurso de poesía infantil (1979), con solo diez años, Premio de poesía Lora del Río (1985), con quince años (poema “Insomnio”) y segundo Premio ”Villa de Peligros” (1989).
Después de terminar mis estudios universitarios, viajé a países tan remotos como Australia, Malasia o Indonesia y ejercí tres años como profesora de español en Nueva Zelanda. Desde 1997 resido en Frankfurt. En la actualidad soy profesora de español, inglés y teatro en un instituto público en Alemania. Tengo dos hijos que crecen entre tres culturas.
Aunque nunca dejé de leer, abandoné la pasión por la escritura por largo tiempo. En el albor del nuevo milenio retomé la labor creativa, esta vez quería escribir una novela. En 2004 terminé “Frankfurt no tiene mar” que, pese haber sido aceptada por la reputada agencia literaria de Antonia Kerrigan (Kerrigan Miró por ese entonces), se quedó en el cajón.
No volví a escribir hasta el 2012, año en que gané un modesto concurso de relatos organizado para la comunidad hispanohablante de la región de Hesse y la guardería bilingüe y asociación cultural “Dosonmás”.
Entre 2013-2015, con el objetivo de convalidar mis estudios de inglés y poder impartir clases de esta asignatura en la enseñanza pública, decidí completar mis estudios académicos con algunos seminarios de Lengua y Literatura Inglesa en la Universidad de Frankfurt. Es precisamente durante este periodo cuando surgió la idea de redactar un libro que fuera la “reescritura” de las joyas literarias que descubrí en estos cursos. Este proyecto creció de tal manera que tuve que abandonar la idea inicial de escribir una solo novela. Al final serán tres libros. En algún momento de 2015 me puse manos a la obra.
En 2019 se publicó “Memorias fugitivas”, la primera parte de trilogía, que se hizo con el Premio Círculo Rojo 2020 a la mejor novela histórica. La novela ha tenido una muy buena acogida en España y en Alemania.
“Los extranjeros” es la segunda parte de esta trilogía, aunque se puede leer como novela independiente. Con ella participé en el Premio Literario Amazon 2021.